
Cuando las cosas cambian es necesario replantearse las estrategias, pero cuando las cosas cambian muy rápido, entonces hay que pararse, pensar, replantearse prácticamente todo y después salir a poner en marcha de forma inmediata lo que se haya decidido.
¿Es suficiente dedicar algo más de ocho horas a considerar opciones y propuestas?. No parece mucho tiempo pero si las propuestas vienen de la mano de expertos, compartiendo esas horas con colegas, y con la sana intención de sacar conclusiones, la cosa cambia.
Sin embargo los expertos te dicen que lo que va a ocurrir con tu entorno de negocio es que está a punto de desaparecer tal y como lo conoces; que las reglas del juego han cambiado; que lo que hasta ahora hacías ya no va a ser valido.
Entonces empiezas a considerar alternativas nuevas y a tomar en serio aquello que te dijeron hace tres o cuatro años, a poner las neuronas a toda máquina para salir lo más centrado y rápido posible a ocupar el hueco que te corresponde en el nuevo panorama antes que otro lo ocupe.
El momento es comparable a una alerta de tsunami, tras ésta no hay duda sobre lo que ocurrirá a continuación, las opciones son quedarse en la playa a ver si la predicción es errónea, o ponerse a salvo con la mayor rapidez posible. El sector asegurador tiene que actuar rápido en relación con el tsunami que la sociedad 2.0, mezclada con la crisis financiera, está provocando.
Nuestros futuros clientes no han utilizado nunca el correo no saben que es el franqueo, la música para ellos es digital, las cosas ocurren en directo en sus pantallas de dispositivos móviles y la Unión Soviética nunca existió; en estas condiciones ¿Creemos que estamos adaptados a la sociedad que viene?, ¿Sabremos llegar a ellos de forma experiencial con nuestras propuestas?. Sigue leyendo →