No son uno ni dos los ejemplos de la falta de coordinación que existe entre los equipos de atención al cliente a través de los diferentes canales posibles: SSMM, presencial, telefónico, por email, etc..
Me voy a referir a una operadora de telefonía, pero podría ser una aseguradora, un banco o un rent a car, da igual ya que mis experiencias en todos esos sectores son las mismas: descoordinación, un canal de contacto no sabe lo que hace el otro, o lo que es peor, alguno de los canales, al sentirse más poderoso que el resto, hace uso del poder que le han otorgado y desoye lo que le comunican desde el resto de canales de contacto.
Vamos con el ejemplo. Hace dos meses decidí trasladar un línea ADSL con llamadas de la empresa, desde Madrid a Estepona (Málaga), y a estas alturas la situación es la siguiente:
ADSL ——- Ok
Llamadas entrantes——— Ok
Llamadas salientes———- No funcionan
Si atendemos a la multitud de llamadas que he realizado al teléfono facilitado por la empresa, se supone que hemos hecho lo necesario, pero todo sigue igual, por otro lado mi proveedor de telefonía me llama ayer para decirme que he pasado a situación de cartera y que mi asesor es la señorita X que se toma en serio el problema y me llama a los pocos minutos diciéndome que me llegará un mensaje al que debo responder para que todo se ponga en marcha. Mensaje no recibido 24h. después.
En todo este mare magnum, la cuenta de Twitter de Vodafone me atiende por DM y me comenta que están con ello pero que por DM no pueden hacer más. Resultado seguimos a la espera.
¿Quién puede creerse que una empresa del tamaño y la plantilla de Vodafone no puede gestionar correctamente sus canales de comunicación con el cliente?
Más bien parece una descoordinación bien coordinada que al cliente desespera y hace que se convierta en detractor en lugar de apóstol. ¿Objetivos de negocio poco claros?. Si ese no es el caso y estás definiendo y planificando una estrategia de orientación al cliente, por favor, no olvides coordinar los diferentes canales de comunicación con el cliente. Nombra un responsable de ello y establece unas mínimas normas para que no parezcan reinos independientes, tanto más poderosos y eficaces cuanto más cerca del CEO estén. Los clientes te lo agradecerán.