La función social o el Storytelling del Seguro.

La mayoría de las fuentes que se consulten coinciden en que el secreto de las marcas que lo hacen bien en materia de comunicación en el siglo veintiuno, y especialmente en el ámbito de los canales que abre Internet (Blogs, Social Media, etc.) consiste en poseer una historia que contar, una o varias por supuesto, de manera que el público objetivo termine implicándose con la marca a través de la historia trasmitida. Por supuesto no solo es necesario tener esa historia, si no saber contarla. Yo creo que el éxito está más en esta segunda cuestión, ya que al estilo de los guiones de cine, no solo el contenido garantiza el éxito, si no que la puesta en escena es fundamental.

Y modestamente creo que tenemos un sector con una gran historia que contar, pero que aun no ha encontrado el guionista adecuado. El Seguro es uno de los sectores que más historias humanas puede contar, casi todas ellas con final de los que gusta conocer, ya que siempre se terminamos ayudando a alguien que confió en una aseguradora y ésta acudió cuando lo necesitaba.

La forma de contar las historias hace que algunas personas cuenten con muchos adeptos mientras otras vidas tan interesantes o más no logran llegar a unos pocos seres a su alrededor. Siempre me ha gustado la frase de Confucio que viene a decir: Lo que me dices lo olvido, lo que me enseñas lo recuerdo y en lo que participo termino entendiéndolo; con este fundamento las Redes Sociales permiten a las marcas hacer partícipes a sus clientes de vivencias que les son afines, cercanas, que le facilitan la participación; y así día a día y poco a poco van construyendo su reputación y prestigio.

Nuestro sector se encuentra con un muro construido durante años a base de “mentiras” o medias verdades, repetidas por terceros, que si bien no se han convertido en realidad que ha aturdido al público y se ha convertido en un convencimiento aceptado por la mayoría, alejado de la realidad y que va a ser difícil de derribar. Tenemos mucho trabajo por delante.

La verdad es que al menos hay conciencia de ello y la buena noticia es que se empiezan a dar pasos en el sentido correcto, pero todavía de forma tímida, lentamente y con mucha cautela. Pero se han empezado a dar y los medios nos facilitan las cosas, las marcas empiezan a estar presentes pero siguen sin trasmitir humanidad, sin contar historias interesantes y lo que es peor, sin permitir la participación, salvo honrosas excepciones. Solo si los clientes participan empezarán a asumir la auténtica historia del Seguro, su lado amable, que siempre ha estado ahí y que se ocultó durante demasiado tiempo.

Pero no nos engañemos, la labor es de todos, puede que la estrategia sea de los responsables de la empresa, y sin ésta nada se consigue, pero la historia la contamos entre todos, todos los días por todos los medios. Pongamos manos a la obra y asumamos que la función social del seguro y sus derivadas del día a día son el auténtico Strytelling del Seguro, la historia en la que involucrar a nuestro público objetivo.

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