Durante años los términos “tecnología” y “comercial” eran casi antagónicos, hoy no pueden vivir separados, ¿O si?.
Vayamos por partes, en la actividad comercial existen tres actores principales: La entidad aseguradora, el canal de distribución y el cliente (póngase en el orden que se desee). En cualquier orden que se coloque a éstos actores, todos tiene una dependencia tecnológica innegable pero lo cierto es que, como en muchos casos, uno de ellos es el jamón del bocadillo; me refiero a la parte comercial del esquema, es decir a los departamentos/divisiones/áreas comerciales de las entidades.
Si tomamos como referencia la inversión en tecnología del sector, veremos que se dedican importantes sumas a la parte técnica y administrativa del negocio, así como a la administración de siniestros, sin embargo la parte comercial de la tarta no es casi significativa.
¿Por qué?, creo honestamente que por falta de formación de los responsables de dichas áreas, normalmente un director de área comercial es un hombre con empatía y saber hacer en el terreno de las relaciones personales, esto incluye las relaciones internas, pero suele ser un analfabeto tecnológico además de un hombre confiado, de manera que como vulgarmente se dice “le llevan al huerto” de manera permanente con disculpas increíbles cuando pide algo para el mejor desarrollo de su actividad, eso sí, para controlar lo que hace o dejar de hacer ahí si se invierte. Sigue leyendo